Camino de una fiesta de ARCO 04, conocemos a Mª Angeles, Directora del sello discográfico ASTRO junto a Después del flechazo inmediato, nos ofrece un caudal de información y contactos principlamente de festivales de arte y música. Julio dirige INCINERAXION en Granada y fácilmente la comunicación surge entre nosotros.
La Obra de arte como archivo, por Julio Juste
Prácticamente desde la pintura de caballete, los pintores se mostraron como especialistas muy cualificados en el manejo de la óptica. Con la aparición de la fotografÌa, los pintores apoyaron el nuevo y revolucionario medio, pero comprendieron que ante la nueva hab´´ia que responder con otra revolución , sin soporte de la industria, cuestionando el concepto de " forma", y que los lleva a una reflexión sobre la pintura en si misma. Sucesivas generaciones de pintores protagonizaron la transición entre los siglos XIX y XX, y consiguieron traspasar el rubicón de un lenguaje ancestral, con todas las consecuencias que han tenido en alternativas que le siguieron, por todos conocidas.
Hablo de la pintura por mi dedicación a la misma, que comparto con aplicaciones disponibles en el ordenador, sin finalismos; es decir, sin objetivos comerciales. No puedo evitar comparar la experiencia de ambas pr·cticas y he observado algunas cuestiones que resultan inquietantes. Muy brevemente referiré algunas.
Particularmente, Photoshop y FreeHand no me han apartado de la pintura; me gusta la acción física que Esta implica. Normalmente, los programas referidos lo utilizo para crear archivos que inserto en discursos .mov, y en obras multimedia. Creo, sin embargo, que la obra realizada digitalmente tiene el mismo valor que la pintada. Pero el archivo que contiene la obra ha de materializarse en un soporte, si se pretende su divulgación en los espacios de visualización del arte; igualmente, si su destino es el mercado deben codificarse las condiciones de "originalidad", puesto que los instrumentos digitales tienen una naturaleza clÛnica, mientras que los históricos tienden a la exclusividad.
Por su parte, los discursos .mov y macromedia, o están dirigidos a la red y / o al disco, o, si se pretende exhibir en los espacios expositivos, encuentran grandes dificultades, por la difÌcil accesibilidad a hardware apropiados.
La incompatibilidad de las plataformas, cuando menos te lo esperas, y la cuestión de la ejecución del archivo cuando la obra pasa a distintos ordenadores, dado no que todos los programas permiten enlatar en formato .exe, se manifiestan en principio como inconvenientes, puesto que la pr·ctica artÌstica pretende comunicar la experiencia. Por el contrario, los lenguajes históricos son por naturaleza auto-ejecutables.
No creo que los lenguajes artístico históricos se vayan a relacionar en términos de exclusión. En mi opinión, la relación ser· aditiva, ampliando las opciones expresivas . Algunos críticos han llamado la atención cómo los autores que se mueven en la franja de lo que llamamos "arte contempor·neo" han sido sorprendidos por la aparición y desarrollo de las aplicaciones digitales; esta falta de interés se ha traducido en la aparición de obras realizas con potentes herramientas, pero cuyo valor como creación es escaso, y se sit·an, en muchos casos, en el anacronismo.
Para finalizar, pienso que una herramienta innovadora no puede producir una revolución artística por si misma; pero su potencia augura una encrucijada innovadora, una reordenación de los presupuesto y un desafÌo a los lenguajes históricos, que tendr·n que demostrar su vigencia.
En cualquier caso, la obra como archivo me parece lo más.
©Julio Juste
|